Extracto artículo: "BIomecánica de los Sistemas amortiguadores del pie"
"Toda la planta del pie es un gran sistema amortiguador por
la especial distribución de su grasa. Desde el periostio del calcáneo y la
aponeurosis plantar salen unos tabiques fibrosos hasta la capa profunda de la
dermis que retienen pequeños paquetes adiposos que se encuentran cerrados
dentro de estas cavidades. La distribución de esta grasa es perpendicular a
la piel.
Bajo la piel de estas zonas de máxima presión, la grasa adopta
una distribución bastante especializada. La encontramos dispuesta en forma de
pequeños globos superpuestos encerrados en tabiques fibrosos verticales Estas
celdillas de disposición troncocónica con fuertes uniones superiores e
inferiores se convierten en un excelente sistema amortiguador a la compresión,
cizallamiento y torsión.
Esta especial distribución recuerda los muelles de un colchón
dentro de su funda o un sistema de pistón. Lo importante es que la grasa está
“precintada” por estructuras fibrosas que la contienen y retienen. Este hecho
no se da en ninguna otra parte del cuerpo salvo, en menor proporción, en la
grasa palmar de la eminencia tenar e hipotenar.
La distribución de la almohadilla grasa del talón es
diferente en el recién nacido que en el adulto. En el niño que no ha caminado
está más concentrada bajo el talón y éste es más redondeado. Al caminar, la
grasa asciende y envuelve el calcáneo por los lados.
Una abundante red venosa longitudinal y transversal se encuentra
en el espacio subcutáneo que, aunque tiene poca función mecánica, ayuda a la
amortiguación. Fundamentalmente, las presiones actúan como una bomba impelente
para impulsar la sangre de retorno.
En toda la piel plantar existe también gran inervación sensible
a las presiones (corpúsculos de Paccini) y terminaciones libres que intervienen
en la propioceptividad de la marcha y el equilibrio, actuando como un órgano
cibernético de elaboración y utilización de información.
La planta del pie tiene una piel gruesa a modo de escudo, en
las zonas de máxima presión, en el talón y bajo la cabeza de los metatarsianos.
La presencia de engrosamientos locales de la piel (callosidad) significa un
mecanismo de protección ante la hiperpresión interna (desalineación
esquelética) o externa (tipo de suelo o calzado, tipo de actividad).
La planta del pie tiene una piel gruesa a modo de escudo, en
las zonas de máxima presión, en el talón y bajo la cabeza de los metatarsianos.
La presencia de engrosamientos locales de la piel
(callosidad) significa un mecanismo de protección ante la hiperpresión interna
(desalineación esquelética) o externa (tipo de suelo o calzado, tipo de
actividad).
Esta piel, sin vello, tiene en el niño un umbral de
sensibilidad semejante a la mano, pero va aumentando con el tiempo y con la
utilización. Robbins (27) demuestra que, comparándola con las zonas pilosas del
cuerpo, la piel de la planta tiene en el adulto un umbral de estimulación 600%
más elevado."
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