SARA MALDONADO-MARTÍN
Título Artículo: Cualquier momento es bueno para empezar: la actividad física como tratamiento de vida. 2016/10/14
Es por todos conocida la asociación entre los
comportamientos sedentarios (i.e., pasar mucho tiempo sentado) y la inactividad
física con el riesgo de padecer enfermedades cardiometabólicas (i.e., diabetes
mellitus, hipertensión, obesidad, dislipidemias, infarto de miocardio, apnea
del sueño). Así mismo, los beneficios que se producen por una continuidad en
los hábitos de actividad física y ejercicio físico se han presentado de forma
extensiva, destacando los efectos cardioprotectores por un menor riesgo
cardiovascular a mayor capacidad cardiorespiratoria, y una reducción o no
necesidad de medicación.
Para ello, la diferenciación de dos términos resulta necesaria:
- La actividad física incluye cualquier movimiento corporal que conlleve contracción muscular y que incremente así el gasto calórico por encima de los valores de reposo; pudiéndose incluir cualquier actividad de la vida diaria como los desplazamientos activos al trabajo o tareas cotidianas del hogar, incluyendo ese tiempo que no estamos sentados ni tumbados y que se realiza a una intensidad ligera.
- El ejercicio físico es, en cambio, una
actividad planificada, estructurada, repetitiva, con un objetivo de mejora de
la condición física. Supone una intensidad superior a la actividad física y
debe ser programada por un especialista del ejercicio físico. Continúa
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